Hola,
nuevamente nos volvemos a encontrar en este espacio que para mi es una gran
bendición. Quiero platicarles en esta ocasión algo que aprendí de la experiencia reciente de perder a mi madre y su proceso de muerte.
Cuando
nos enfrentamos a nuestros límites y experimentamos la frustración surge en
nosotros un sentimiento de impotencia que nos causa mucho dolor. Es precisamente
cuando
en estos momentos nos preguntamos ¿Dónde está Dios? La respuesta es: ¡Ahí
precisamente, en la frustración es donde está Dios!
Dice
la Biblia en 2 Corintios 12:10 “Por eso
me complazco en las debilidades, en insultos, en
privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte.”
Este texto nos dice que la frustración y
sentirnos impotentes es parte del plan de Dios en nuestra vida para enseñarnos a
depender de Él y encontrar nuestra fortaleza no en nuestras capacidades y
recursos, sino en Dios. Él nos permite llegar a nuestros límites para que entre
en acción su amor y poder.
Ver a mi madre morir poco a poco y
presenciar como su cuerpo se iba deteriorando día a día me llevó a reconocerme
limitado y débil, pero a la vez fuerte en Dios. Se dice muy fácil pero es un
proceso de mucho dolor.
El aprendizaje es que
debemos de aceptar nuestra limitación con acción de gracias. Vivir en fe cada
aspecto de nuestra vida y confiar en que lo que Dios hace es lo mejor para
nosotros. Si lo mejor, incluso la pérdida de un ser querido, aunque claro, al
principio no lo entendamos así.
Cuando contactes con tu debilidad dale
gracias a Dios porque entonces empezaras a experimentar la verdadera fortaleza.
Cuando llegues a tus límites gózate porque mirarás nuevos horizontes y
descubrirás nuevos sentidos de vida. Cuando sientas que ya no puedes más
prepárate porque grandes bendiciones brotarán de tu sufrimiento.
Cuánta razón hay en las palabra de
Pablo:
“Cuando soy débil…. Entonces soy fuerte”
Hasta la próxima…….. y cuando nos volvamos a
ver espero que seamos más fuerte en Dios.
Roy Bautista A.
Pastor